10 El crimen de película. ¿El fin de un clásico?

Repasando la prensa, pueden encuentrarse algunos "crímenes pasionales" dignos del mejor guión de Hollywood. Casos en que la realidad supera ampliamente cualquier ficción imaginable. Con el añadido morboso de que estos sucesos acontecieron en nuestro entorno, en una España no muy lejana en el tiempo.
Es comprensible que estos crímenes tuviesen un gran despliegue en la prensa, proporcional al desarrollo que esta última tuvo en cada momento. Intentar realizar un dosier de prensa por cada uno de ellos me ha parecido poco práctico; demasiado espacio, reiteración de noticias, etc. Por lo que he decidido hacer un relato breve de cada uno de ellos, con alguna cita textual intermedia.

(98) EL CRIMEN DE ARCHIDONA

Por las personalidades del autor y las victimas, el móvil del crimen pasional, el procedimiento y preparación, difusión en los medios, desarrollo del juicio y seguimiento posterior de reo, es el crimen más mediático del siglo XIX en España. Me consta, que en su tiempo, se hizo un libro sobre el mismo, al que no puedo acceder. No obstante, me atrevo a contar las historia de conformidad con la prensa de la época.

Archidona, 30 de Diciembre de 1886.
Hacía rato que los relojes habían marcado las 12 de mediodía. En todo del pueblo, incluso hasta una legua del centro, pudo oirse una fuerte explosión. Provenía de la casa-consulta del médico D. Manuel Palomero. Personado el Juzgado Municipal, en funciones de primera instancia, en la misma, el panorama que encontraron fue desgarrador. Todos los muebles de la sala se encontraban desplazados hacia la entrada y en desorden. En primer lugar, próxima a la puerta, yacía fallecida la esposa del médico, Dñª Dolores Gonzalez; presentaba algunas heridas en la zona de cuello. La arteria aorta seccionada por alguna chapa metálica o similar. Una persona avanzó al fondo del despacho llamándole a D. Manuel, como no le respondió, se aproximó a él, intentó ponerle la mano en la cabeza al médico, pero no pudo. El cráneo y la masa encefálica habían desaparecido. A su alrededor, sobre el suelo ensangrentado se encontraban trozos de tejidos humanos. En las vigas de madera del techo estaban incrustadas esquirlas de huesos y dientes.
La noticia se publico en diversos periódicos:

El Siglo Futuro de 03/01/1887 pag.3
En Archidona ocurrió hace tres días un suceso que ha producido honda impresión en su vecindario, no solamente por las circunstancias que concurrieron, sino por la calidad de las personas victimas de la catástrofe.
Parece que un joven médico de dicha localidad, sostuvo con su esposa un altercado.
A tal extremo llegó la exacerbación del marido, que arrojó entre él y su mujer un cartucho de dinamita.
Inmediatemente se produjo una espantosa detonación que destrozó horriblemente a los infelices esposos, cuyos mutilados restos fueron esparcidos por la estancia donde se hallaban.
Los desventurados esposos dejan huerfana a una criatura de pocos meses.
Marido y mujer eran jóvenes, y pertenecian a conocidas y acomodadas familias de la expresada localidad.

En otro periódico, del mismo día, se explicaba el móvil:

LA EPOCA 03/01/1887 pag. 2
Según se dice de público, la causa que motivo tan desgraciado suceso fue la negativa de la esposa a firmar un poder para vender una finca de su propiedad.

A la semana, algunos listos lo sabían todo: 

LA IBERIA 04/01/1887 pag 2.
Doble crimen
En Archidona (Malaga) ha tenido lugar una horrorosa catástrofe que ha impresionado vivamente en aquella localidad.
Vivía en dicho pueblo un joven médico, don Manuel Palomero, hijo de otro médico mu respetable, aquel Sr. Palomero que cuando el cólera prestó tan meritorios servicios, durante el verano de 1984.
El joven médico a que nos referimos había dado muestras de pasajera perturbación en algunas ocasiones, quizá por la influencia del alcoholismo.
Cuéntase que una vez, al pasar por la fuente llamada de los Caños, disparó varios tiros a unas bestias que estaban bebiendo, sin otro objeto que el quitarles de aquel sitio....
...El 30 de Diciembre, a las doce o doce y media del día, entró el Sr. Palomero en su casa, creese que algo embriagado, y llamó a su mujer con el prestexto de que eligiese el modelo de unas camas...

Ni una sola verdad, como luego veremos. ¡Qué fácil es hablar mal de un difunto!

Según manifestó la criada, un momento antes de la explosión la esposa se encontraba con el niño y con ella misma en otra pieza. Dña Dolores decidió de "motu propio" acudir al despacho de su marido, para enseñarle muestras de camas de niño. Entró en el despacho y al momento aconteció la explosion. El juez descartó de inmediato la intencionalidad de matar a su mujer por parte del médico. No la había llamado, su presencia fue una coincidencia.
Empezaron a tejerse nuevas tramas y teorías. 

El Día 07/01/1887 pag. 2
En el més de Agosto último recibió el Sr. Palomero, procedente de Granada, una caja cuadrangular de no muy grandes proporciones, al parecer remitida por un farmaceútico de dicha capital, y que debía de contener un aparato eléctrico de aplicación a la medicina.
El Sr. Palomero, según después se ha podido deducir, debío de abrir al revés la caja, que contenía un grueso cartucho cilíndrico sólidamente atado con una cuerda embreada, y en contacto con material fosfórico, que rozaba con dos limas que debían moverse al tira de los bramantes que ataban la caja por fuera.
El Sr. Palomero no sospechó nunca que aquello fuera una máquina infernal ....
...Poco antes de la catástrofe, quizás el mismo día, recibió el Sr. Palomero por ferrocarril otra caja igual a la anterior procedente de Sevilla, y esta vez se infiere hubo de abrirla al derecho, tirando de la cuerda exterior para desatarla, lo que movió las limas e incendió el fósforo, haciendo estallar el cartucho de dinamita que sin duda contenía...

El 19 de Enero, previo encargo de la Audiencia territorial de Granada, se hizo cargo del caso el magistrado de lo criminal de Antequera, D. Eusebio Martín Ruiz.
El día 28 del mismo més, realizadas una cuantas averiguaciones en el Archidona, detuvo al Registrador de la Propiedad de Archidona, D. Ricardo Peris Mercier y al mozo de paquetería de la estación del ferrocaril.

Ricardo Peris Mercier tenía entonces 42 años. Era alto, delgado, moreno y bien parecido. De carácter introvertido, apenas se le conocian amigos en Archidona. Salvo sus relaciones profesionales, el resto de relaciones sociales eran casi nulas. Había nacido en Alcira y era hijo de un relevante médico. Fue un buen estudiante de Derecho y posteriomente todos le consideraron un buen profesional del mismo. Durante once años ejerció de fiscal, estando su último destino en Torrente. Al respecto, en alguna ocasión Ricardo Peris se había manifestado en contra de la pena capital y también la repulsa que le causaba tener que pedirla en algunos procesos. Mientras tanto, preparó y aprobó, en 1877, las oposiciones a Registrador de la Propiedad acabando en Archidona. Sus ratos libres acostumbraba a pasarlos en un casa que poseía cerca del pueblo. Pasaba por ser una persona con buenos conocimientos de física y química, y una gran aficción a las manualidades de carpinteria y similares.

Descartado el asesinato de la mujer del médico por el marido y suicidio de éste, dos razones le llevaron al magistrado a tener en su punto de mira a Ricardo Peris, como primer sospecho:

La primera, es que había sido novio de la señorita Dolores. En un momento dado, tras varios años de relación, rompieron. Dolores se comprometió con el joven médico de la localidad. Cuando Ricardo supo que la boda era inevitable, dos días antes, él se caso por poderes con una joven de Torrente, con la que tuvo un hijo. Pero nunca se olvidaron. Consta que mismo día de la boda, la recien casada le envió una carta donde decía:

EL IMPARCIAL 16-05-1887 pag. 2
Ya estoy casada, pero no voy a ser feliz, porque no amo a quien ya es mi marido. Sólo en ti pienso y sólo a tí te quiero. ¿Por qué no te has casado conmigo y me ha hecho dichosa?. A lo menos, tu puedes ser feliz, porque te has casado con una mujer que te quiere y a quien puedes querer. Pero yo...soy muy desgraciada. Cuando salgas de tu casa, pasa junto a mi ventana, pues tengo que hablarte.

Mal inicio de un matrimonio. Las desavenencias conyugales eran "vox populi". Recordaban posteriormente los vecinos del pueblo que, en una ocasión, Manuel y Ricardo tuvieron un encontronazo, abofeteando el médico al registrador. También se comentó que Ricardo entonces juró vengarse. 

La segunda razón, fueron los paquetes enviados mediante el ferrocarril y entregados al médico.
El primer paquete, con remite de un farmaceútico de Granada, fue recibido en Agosto. No llegó a explotar, el médico tampoco llegó a saber para que era aquel artilugió. Se dirigió al farmaceútico de Granada pidiendo explicación del contenido, respondiéndole éste último: "que él no había realizado envío alguno". Finalmente dejó el paquete integro, con etiquetas de origen y destino, retirado en una alacena, olvidándose del mismo.
El segundo paquete, de idéntica factura, había sido enviado desde Sevilla.  
Ambos paquetes fueron entregados al médico por un mozo de la estación de Ferrocarril de Archidona, llamado Juán Bautista. Según manifestó al magistrado: "unos días antes de la explosión, el Sr. Peris se dirigió a él, preguntandole si el médico había recibido un paquete".
El gobernador de Granada puso a disposición del magistrado una pareja de la Guardia Civil.  Personado un guardia civil en Sevilla, a los pocos días apareció con un camarero de la fonda El Cisne, quien reconoció haber sido él quien, en la mañana del 20 de Diciembre, facturó un paquete para D. Manuel Palomero, de Archidona. Llevó la caja por encargo de un señor, a quien podría reconocer. Cuando se la entregó dijo que portaba medicinas. En todas las rondas de reconocimiento identifico a D. Ricardo Peris como la persona que le entregó la caja. En el careo de ambos ante el instructor, el camero le acusó al registrador de la situación en que se encontraba por su culpa.
La pista del segundo paquete fue más larga. Alguién manifesto haber visto al Ricardo Peris en Málaga durante el mes de Agosto. Se hicieron las comprobaciones pertinentes. Asi fue. Estuvo alojado en la fonda La Perla, donde propuso a un camarero desplazarse a Granada para realizar el envio de un paquete destino Archidona. El camarero no pudo y el registrador realizó este encargo a un mozo de la estación, al que pago por el viaje y el servicio 300 reales. Convino con él que recogería la caja en la estación, entregada por un hombre con patillas y gafas. Así lo hizo, recogió el paquete y lo facturó. Meses después, explotada la segunda caja, el Sr. Peris Mercier viajó a Malaga y entregó un duro a cada uno de los implicados para que no contasen nada ante posibles pesquisas de la policia. Pese a este intento fue reconocido por los mismos.
En la instrucción del proceso el magistrado contó con un perito calígrafo, éste identificó los rotulos de etiquetas de los paquetes con rotulos de los libros de trabajo del Registro de la Propiedad.
Testigos de la animaversion entre el médico y el registrador, testigos de los dos envios, testigo de la recepción, prueba caligrafica, eran suficientes pruebas incriminatorias.  

El 24 de Febrero D. Eusebio Martin dió por concluida la instrucción del proceso entendiendo estaba completa.
A mediados del mes de Mayo se celebro el Juicio en Antequera. Unos días más tarde salio la sentencia. Constaba de diecieseis resultandos y seis considerandos, para finalizar con el fallo.

EL IMPARCIAL 24-05-1887 pag. 3
En su virtud, el tribunal falla que debe considerarse a Peris autor de dos delitos de asesinato consumado y otro frustrado, todos con alevosía, premeditación y artificio, ocasionado grandes estragos en la morada del ofendido. 
Por los primeros se impone al acusado Ricardo Peris la pena de muerte ya las accesorias para el caso de indulto.
Por el segundo, la pena de dieciseis años de cadena temporal.
Se le condena también a una indemnización de 10.000 pesetas para el hijo de las víctimas.
La sentencia ha sido dictada por unanimidad.

D. Ricardo Peris Mercier era conocido en ámbitos de la Judicatura. Incluso me atrevo a decir que tenía buenas relaciones y amistades. A primeros de Junio ya se movilizaron sus condiscípulos de Valencia y Colegio de Abogados para pedir su indulto al Reina Regente. Ese mismo mes, se carteaba con Franciso Melero, a la sazón Juez especial en la lucha contra el bandolerismo en Andalucia, quien poniendo en duda las pruebas por apreciar vicios, afirmaba que el sistema judicial en vigor dejaba al Tribunal Supremo atado a la sentencia anterior.
En Septiembre del mismo año fue admitido su recurso de casación ante el Tribunal Supremo. A finales de més se vio, y los primeros días de Octubre ratificaron la sentencia anterior.

Empezaron a llover las solicitudes de indulto. Desde Alcira, su pueblo de nacimiento, pasando por diversas instituciones valencianas, el Ayuntamiento de San Sebastian, hasta los frailes capuchinos de Antequera.  Las peticiones de indulto circulaban por caminos que, hoy día, nos parecen torcidos. Veamos una:

EL DIA 08-10-1887 pag. 3
Los registradores de la propiedad de Valencia visitaron ayer al prelado de aquella diócesis, al gobernador de la provincia y al capitán general del distrito, rogándoles se interesaran por la concesión de indulto en favor del Sr. Peris Mercier.
Los registradores dirigieron un telegrama al señor Martos en el mismo sentido. 

El Viernes Santo del año siguiente, 1888, en el acto de adoración de la cruz, la Reina Regente le concedió el indulto.

Inició el cumplimiento de su condena en Cadiz, para ser trasladado al penal de Ceuta. Parece ser que su mujer y su hijo también fuero a vivir allí para poder visitarle.

Dos años después de su detención se corrió la voz, dato no contrastado, de que participó en un intento de evasión del penal con un compañero.

El Pais del 25-03-1898  dio cuenta de su fallecimiento en el hospital de Ceuta.


(99)  ¿EL PRÍNCIPE EDGARDO DE BORBON?

Sin ninguna duda, el crimen que viene a continuación es otro de película. Como siempre, un crimen acontecido en Paris es distinto; tiene glamour. La víctima: Edgardo de Borbon. Bueno,  ¿si es que se llamaba Edgardo?, y ... ¿si es que descendía de los Borbones?. Yo pienso qué sí, aunque el único argumento que inclina la balanca hacia mi tesis es que en Francia siempre han tenido querencia por el cuello de los Borbones.
La primera noticia al respecto fue la siguiente:

LUZ 16-08-1932 pag. 15
EN UN HOTEL DE PARIS
Una disputa, un alarido y el ruido de
un cuerpo que se desploma
El principe Edgardo de Borgón es muerto por su amante
PARIS, 16.- Esta mañana ha aparecido en un cuarto de hotel el cadáver de un hombre. La muerte había sido producida por un enorme corte en el cuello, hecho con una navaja barbera.
En las ropas de la víctima se encontró una tarjeta de identidad a nombre del príncipe Edgardo de Borbón, nacido el 19 de Noviembre de 1870, en Roncelstein, sin profesión y extranjero.
En la comisaría de policia se presentó una mujer llamada Candelaria Brau Soler, de cuarenta y cuatro años, natural de Maella (cerca de Zaragoza), que se declaró autora del asesinato.
Candelaria declaró que el príncipe descendia de los príncipes de Borbón-Parma, por parte de su madre. Había contraido matrimonio con una americana, la cual le había abandonado.
Candelaria subvenia a las necesidades del príncipe, dedicándose a la venta de productos de belleza que ella misma fabricaba y con lo que conseguía reunir unos 700 francos al mes. Hacían vida en común.
Añade Candelaría que el principe le había atacado con una navaja barbera. Ella se la arrebató y le asestó a su vez un golpe en el cuello que le produjo la muerte.
Por su parte, los vecinos han relatado que oyeron rumores de riña en el cuarto que ocupaba Candelaria en el hotel. Finalmente se oyó un alarido y el ruido de un cuerpo que caía a tierra. Más tarde, los pasos de Candelaria al salir del hotel.
El cadáver ha sido transportado al Instituto Médico-Legal.

Con un sistema tan explicito una señora española comprobó que Edgardo no tenía sangre azul. Aunque otros, anteriormente, ya empezaron a sospechar lo mismo:

LA VOZ 17-08-1932 pag. 5
El crimen de Paris
Resulta que el llamado principe hacía usurpación del título
Aunque se ha afirmado que su padre era nada
menos que el emperador de Austria Francisco José
DECLARACION DE UNA ARQUITECTO
PARIS 16 (12 n) .- El Sr. Guillermo Prevoz de Saint-Cyr, arquitecto, que desde 1916 hospedaba generosamente en Neuilly-sur-Seine al príncipe Edgardo de Borgón, ha declarado que el príncipe estaba arruinado. Ha añadido que el prínicpe tenía relaciones íntimas con Candelaria Brau Soler, quien era de carácter poco simpático, y con la cual dicho señor no había querido relacionarse.
Segun el Sr. De Saint-Cyr, el príncipe, que era muy rico antes de la guerra, se había quedado arruinado después de la revolución austriaca.
El príncipe habaía contraido matrimonio con Clara Conger, con la cual tuvo un hijo que se llama Rodolfo de Borbón, que actualmente vive en América. Su esposa murio hace seis años a consecuencia de una operación.
Acerca de la identidad de su padre ha habido siempre gran misterio. Parece ser que el padre era el mismo Francisco José, emperador de Austria.
El príncipe ostentaba el titulo de general del Ejército austriaco.
NO ERA PRINCIPE
PARIS 17 (10 m) .- El periódico "Le Matin" anuncia esta mañana que, según noticias facilitadas por la representación diplomática austríaca, el llamado principe Edgardo de Borbón usurpaba dicho título.

La experiencia dice que estos temas siempre acaban degenerando. A lo pocos días el pobre hombre ya no figuraba en las ultimas páginas, sino en las primeras. Ahora, sobre todo, resulta que era un gorrón:

HERALDO DE MADRID 20-08-1932 Pag. 1
LOS TURCOS TUVIERON LA CULPA
El príncipe de Borbón que debía a todos los
camareros y limpiabotas de Barcelona
¡Y pensar que ese desventurado príncipe Edgardo de Borbón, que ha muerto trágica y grotescamente, pudo haber sido uno de los reyes de Europa! El trono de Albania le pertenecía. Si los turcos no vencen a los griegos; si Plastiras y Gonatas no hacen fusilar a aquellos seis ministros, Edgardo muere de forma más solemne y honorable y las Cortes visten unos días de lutor protocolario. Pero... uno de los fusilados fue el presidente del Consejo de ministros griego Gonaris, que le apoyaba, y el destino de Edgardo de Borgón se torció, y de tumbo en tumbo por la andurriales de la vida, fue a tropezar con la muerte, que le acechaba tras las cortinas desvaídas y polvorientas de un humilde cuarto de hotel parisiense.
- . -
En 1917 su negocio del trono de Albania iba bien. Gonaris trabajaba incesantemente por él en la esfera de la política internacional. Albania sería un protectorado de Grecia. Entonces apareció el príncipe Edgardo en Barcelona. Era un caballero alto y enjuto, que usaba siempre espuelas y alta bota militar. Ex coronel del ejercito austriaco. Parecía que acabada de dejar el caballo o estaba dispuesto a montarle. Pero su caballo no aparecía nunca. Se instaló en el mejor hotel de la ciudad y se dio de alta en dos o tres casinos. Tenía aún dinero: unos miles de libras que la mangancia de los casinistas devoró rapidamente. Edgardo se vio de pronto sin dinero cuando aún no estaba resuelto el asunto del trono. Y el príncipe, de sableado, pasó a ser sablista. Se hizo todo un profesor. El príncipe operaba con la promesa de altos cargos en Albania. Al año había constituido teoricamente su Ministerio albanés, con los dos presidentes de las Cámaras y unos cuarenta ministros. En el ateneo ofreció los mejores destinos. Luego, por los cafes, ofreció empleos menores. Hizo limpiabotas y camareros de la real casa; nombró inspectores de las comunicaciones agrestes. Todo a cambio de cafés, limpieza de calzado y donación de cigarrillos. Albania llego a tener cinco altos funcionarios barceloneses por habitante. El caballo que no había montado nunca desde su llegada lo tuvo que vender. Fue enganchado en un camión que iba y volvía al puerto, y el animal lanzaba tristes relinchos cada vez que veía a su antiguo dueño en una de las terrazas del centro de la ciudad.
- . -
Ya al final de su vida en Barcelona, cuando las trampas le devoraban; cuando ya los acreedores empezaban a no creer en su reinado, fue cuando el principe Edgardo conoció a la zaragozana Candelaria Brau. La hablo enternecedoramente y la hizo el mejor ofrecimiento para el momento de su exaltación al trono albanés. La dijo que pensaba divorciarse de su mujer. la millonaria norteamericana, de Cleveland, Clara Conger, de la que hacía años estaba separado, y que la haría su segunda esposa. Candelaria soño también desde entonces con el trono albanés. Y cuando el príncipe marchó a Paris, a Neuilly, a reunirse con su amigo y mecenas el ingeniero Prevost de Saint-Cyr, Candelaria corrió en su busca.
- . -
Los turcos tuvieron la culpa.Sin la revolución de Grecia, Edgardo y Candelaria, unidos en matrimonio, hubiesen sido revenrenciados en Europa. ¡Y cuantos poetas, hoy aún anónimos,que devoran medias tostadas, hubiesen llegado a ser ministros! Los turcos tuvieron la culpa.

Llegamos a un punto, que empiezan a opinar hasta las porteras. Había quien decía que se habia fundido todos los cuartos que Candelaria tenía de la herencia de sus padres fallecidos. Según fueron pasando los días, fueron apareciendo en los periódicos: fotos, caricaturas, medias mentiras y algunas medias verdades:

HERALDO DE MADRID 22-08-1932 pag. 11
....Después de cometer el crimen doña Candelaria, que era muy devota y llevaba siempre consigo un libro de rezos, abandonó la habitación -teatro de la tragedia- y deambuló sin rumbo por las calles de Paris. Llegó, a las siete de la mañana, a la Embajada de España.

LA VOZ 25-08-1932 pag. 6
Edgardo era un aventurero milanés
ROMA 25 (10 m) .- Según la Prensa, el pretendido Edgardo de Borgñon era el aventurero milanes Lorioli. "Il Corriere della Sera" dice que el antiguo abogado asegura formalmente haberle reconocido.

En esta desinformación de la información, no podía faltar la trama política. La Vanguardia insistia en su participación en un intento de golpe de estado a Primo de Rivera. ¡Si con librarse de sus cobradores ya le valía! ¿Para que se iba a meter en más lios?:

LA VANGUARDIA 26-08-1932 pag. 19
Más de la muerte del llamado príncipe Edgardo de Borbón
Paris, 25 .- El juez que instruye proceso por la muerte del príncipe Edgardo de Borgón a tomado declaracioens a Candelaria Brau Soler.
Parece que el magistrado ha abordado la cuestión del espionaje, pues en su primera declaración Candelaria dijo que había matado al príncipe porque éste le reprochó conocer demasiado sus manejos.
El juez guarda gran reserva sobre el resultado de estas declaraciones.
Esta tarde, el juez levantará los sellos en presencia de Candelaria.

Mientras tanto seguian dándole vueltas a sus datos de identificación. ¿Qué quién era su padre, y su madre? ¿Qué de dónde era? Lo que se hubiesen ahorrado con un DNI en regla:

La Libertad 26-08-1932 pag. 4
La verdadera identidad del muerto
Paris, 25.- La policía francesa confirma las informaciones de otras, especialmente la italiana, acerca de la identidad del supuesto príncipe Edgar de Borbón.
 Se trata en realidad de un tal José Lorioli, nacido en 1866 en Carco (Trentino), hijo de Josefina Pagani, que antes de casarse sostuvo relaciones íntimas con el general austriaco Borbón.
Lorioli casó con Teresa Mangiagalli, de la cual tuvo un hijo; pero a la que poco después abandono para marchar a Lucerna, y luego en 1882 a Francia, bajo el nombre de Lorioli, siendo condenado por infracción del reglamento de ferrocarriles.
 Estuvo también en Atenas, donde fue condenado por estafa. Marcho luego a Southampton y después a Estados Unidos, donde se naturalizó con el nombre de Edgar de Borbón. En América se divorció para casarse con Clara Cogner, de la cual tuvo un hijo.
Volvió a Europa; estuvo en Albania, y más tarde en Barcelona en donde se dedicó al contrabando de armas. En 1925, depués de haber estado detenido en Milán, volvió a España, de donde, finalmente, fue expulsado.

Todavía hubo más tesis sobre su persona y surgieron nuevas hipótesis. Estas últimas, probablemente, sólo en la mente de los periodistas, acerca de si era un espia. ¡ Pero si todavía no había nazis, ni cia! 

En julio de 1933 tuvo lugar el juicio en Paris. El finado tuvo tantos nombres, nacionalidades y oficios que el juez acabó neurasténico y hasta las mismísimas pelotas de caso. No se aclaraba de quien estaban hablando. Al final, como no hubo testigos de la agresión y, estaba más claro que el agua que, el tipo fue un estafador, decidió dejar sin cargos a la "mujer española, asumiento su tesis de homicidio en defensa propia.
A lo dicho: Un Borbón menos, ¿qué les importa a los franceses?

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